Autor: Francisco Izquierdo
Publicado en: revista ‘La Capa’, número 13
Hace justamente dos años, la profesora Bárbara D’hont, de la ciudad de Roeselare, en Bélgica, me escribió una larga carta, amable y en español perfecto, rogándome le explicara una serie de datos, nombres propios, frases hechas y palabras que aparecen en mi Guía de Granada, publicada por El País-Aguilar y de la que, por cierto, se han hecho cuatro ediciones en ocho años. Me anunciaba que estaba traduciéndola al neerlandés, la lengua hablada por los habitantes de los Países Bajos, y que, al ser un idioma germánico, tenía dificultades para expresar fielmente el sentido de ciertas frases y localismos, algunos de ellos complicados de interpretar. Me sentí muy complacido al saber que unos textos míos se vertieran al flamenco, pues, la verdad, hasta entonces solo una narración escrita por mí había sido trasladada a otro idioma, concretamente al búlgaro, donde los caracteres tipográficos son cirílicos y la mayoría de esas letras están al revés, escritura que no me permite presumir como autor, pues Francisco se escribe casi todo para atrás y, para mayor desgracia, el nombre lo hace femenino, con lo cual figuro en la portada como Francisca. Nunca he mostrado el libro a nadie. Primero, porque ni el pupas se cree que sea el autor. Segundo, porque lo de Paca Zocata es humillante y uno no está ya para cachondeos.
A lo que iba. La profesora Bárbara D’hont, entre otras cosas, deseaba le aclarara términos y trucos de ciertas pitanzas y dulces caseros, como la morcilla de lustre, la salchicha blanca, los pestiños y los soplillos alpujarreños, de todos los cuales le di noticia cabal, describiéndole su identidad, ingredientes y exquisito paladar. Pero, en concreto, quería saber exactamente en qué consistía el puchero de hinojos y el guiso de chiflotes, estos últimos específicamente genuinos de Beas de Granada. Mal que bien le expuse los componentes y el punto de ambos manjares. Le recordaba que los chiflotes se llaman pitos, habas verdes tiernas que se cocinan sin quitarles las cáscaras, y que los hinojos son plantas aromáticas que se crían en los balates y se utilizan como condimento. Al cabo de un tiempo recibí otra carta de la señora D’hont y el asunto se complicó más aún. Ahora quería saber qué son los pitos, si las habas eran guisantes gordos, si la cáscara de ellas se parecía a la del huevo y si la palabra chiflote significaba lo mismo que chiflado, aludiendo a un guiso loco, o que chiflato, de silbar, pues los pitos sirven para eso.
Según ella, el hinojo es la parte de unión del muslo y la pierna en el cuerpo humano y se conoce como rodilla, con lo cual sospechaba que, para arrancar la planta, debe uno arrodillarse y de ahí el nombre de la yerba. ¿Y por qué ponerse de rodillas para arrancarla si balate, según el diccionario de la Academia de la Lengua, es el margen de una parata y parata es donde para el autobús? Se había hecho un embrollo de mucho cuidado al relacionar hinojo, balate y parata, tres palabras que no figuraban en el léxico neerlandés. Le contesté con una relación de términos locales, de esos que no incluye la Real Academia, con la esperanza de aburrirla. Ahora, me dije, debe andar bien confundida.
Pero no, pues a poco recibí las pruebas de imprenta de su traducción al neerlandés y el confundido, ahora, fui yo, pues no entendí ni papa del impreso, más aún, no tenía un solo amigo o conocido que supiera el flamenco, a fin de que le echara un vistazo y me dijera como había escapado la señora D’hont en sus descripciones del puchero de hinojos y del quiso de chiflotes. Lo ignoro todavía. Sin embargo, reconforta que, en una sola página, aparece tres veces BEAS DE GRANADA, pues el nombre se lee perfectamente, y por lo mismo, figura como de denominación de origen de los chiflotes y como lugar donde cocinan un potaje de hinojos para chuparse los dedos. Espero que me manden un ejemplar cuando se publique el libro, al menos para constatar que el nombre de Beas de Granada brilla en una edición neerlandesa, o séase, que la conocerán algunos fulanos del País de los Tulipanes. Algo es algo.